Paso 1 : párate frente a un espejo con los hombros rectos y los brazos junto a la cadera y mírate las mamas. Esto es lo que debes encontrar: mamas de tamaño, forma y color normales mamas bien formadas, que no presentan deformaciones ni inflamaciones visibles Si notas alguna de las siguientes alteraciones, informa a tu médico: formación de hoyuelos, arrugas o bultos en la piel cambio de posición de un pezón o pezón invertido (está metido hacia adentro en lugar de sobresalir) enrojecimiento, dolor, sarpullido o inflamación Paso 2 : ahora, levanta los brazos y fíjate si ves las mismas alteraciones. Paso 3: cuando estés frente al espejo, fíjate si te sale líquido de uno o ambos pezones (puede ser transparente, lechoso o amarillento, o sangre) Paso 4 : luego, acuéstate y pálpate las mamas con las manos invertidas, es decir, la mama izquierda con la mano derecha y viceversa. Procura utilizar un tacto firme y pausado con las yemas de los dedos, manteniendo los dedos rectos